jueves, 27 de marzo de 2008
Capítulo 3: cosas que hacen que la vida valga la pena
1. El café cortado
2. Los donuts de chocolate (los de la panadería)
3. Crimen y Castigo de Dostoievski
4. Björk & Cat Power & Holly Golightly
5. La gramática alemana
6. Las pelis de Woody Allen
7. Los sketches (¿está ya aceptada la palabra "esquech"?) de Martes y Trece
8. Zidane
9. La tortilla de espinacas
10. Los conciertos de Maximo Park
Sigo la semana que viene, mañana me voy a Nueva York, searching for Woody Allen.
Un abrazo
Vienna Guitar
Capítulo 2: todavía en busca del sentido de la vida
La pregunta que me surge es cómo tiene que ser una persona, qué condiciones se tienen que dar, para que la reacción no sea esa, para que el sufrimiento sirva de algo y no se convierta en una mera excusa para comportarse igual que el agresor. ¿Es una cuestión de inteligencia, de sensibilidad, o de suerte quizás? No puede ser el mero azar que nos lleve a comportarnos de una manera u otra. Frankl deja claro que siempre somos dueños de nuestras decisiones. Esto es fundamental y me da fuerza pensar así. Aquellos que se dejan llevar por el "destino" o que piensar estar en manos de un ser todopoderoso, son en realidad mucho más débiles porque renuncian a esa responsabilidad de decidir.
El concepto central del libro es la "logoterapia", que intenta que el paciente cobre conciencia plena de sus responsabilidades personales. La situación más extrema es cuando alguien siente el llamado vacío existencial, es decir, la falta absoluta de metas personales, el tedio, el aburrimiento ante la propia existencia. Cuando hablamos de fracaso, normalmente lo hacemos en términos materiales, alguien que no ha triunfado en la vida es para muchos, alguien que no ha ganado suficiente dinero, alguien ue no tiene nada que "poner sobre la mesa". Sin embargo, en las interesantes encuestas sobre la felicidad, la salud y, sobre todo, el amor, son los criterios centrales que tienen en cuenta las personas encuestadas, si se puede decir así, para evaluar el nivel de felicidad personal. En este sentido, me parece fundamental no olvidar en ningún momento todo lo bueno que hay en nuestras vidas, todas las personas que nos quieren y a las que queremos, sobre todo cuando caemos en agujeros negros. Las frases típicas para animar a un amigo, cuando nos dicen que hay gente que está mucho peor, o tópicos como que en África la gente se muere de hambre, no nos ayudan en absoluto, todo lo contrario, despiertan la furia del que está enfermo, en paro o se acaba de divorciar. Lo que sí ayuda, desde mi punto de vista, es hacer recuento de lo humano, emocional, positivo en nuestras vidas. El lamento y la queja son mucho más habituales que el elogio y el reconocimiento de lo propio. Y aquí hago autocrítica. Sin tener que compararnos constantemente con los demás, sí que podemos hacer una valoración de nuestra existencia, eso sí sin caer en etiquetas externas sobre el concepto de felicidad, sino preguntándonos a nosotros mismos lo que nos importa de verdad.
Retomando el hilo y citando a Nietzsche: "El que tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo". El "casi" deja también unos puntos suspensivos. Me viene a la cabeza un corredor de maratón al que en el kilómetro 41 le fallan las fuerzas y piensa en abandonar. Supongo que la mayoría de los corredores tiene momentos a lo largo del recorrido donde piensan que será imposible llegar a meta, pero el deseo y las ganas de atravesar la línea de meta superan con creces el cansancio.
Ojalá que cada persona encuentre su propio maratón, yo todavía lo ando buscando.
miércoles, 26 de marzo de 2008
Capítulo 1: ella amaba esa ciudad....
Vamos a ver adónde me conduce esta bitácora, de momento lo escribo para mí. Hoy leo en el periódico que ha muerto Rafael Azcona, imposible que alguien pueda reemplazarle. Creo que nunca me he reído más que leyendo sus historias. Quizás no sea un buen día para comenzar un blog, quién me he creído, justo cuando se queda ese hueco imposible de cubrir, empiezo yo a divagar (véase nombre del blog):
ramble ['ræmbəl]
I
nombre paseo por el campo: let's go for a ramble, vayamos a dar un paseo
II
verbo intransitivo 1 pasear por el campo 2 divagar
Es a lo único que aspiro: a divagar. Leo también que Diablo Cody, la ex-stripper y reciente ganadora del Oscar al mejor guión original por "Juno" era bloggera, esto se anima, Woody!!!!!!!!!!!!. De aquí a Hollywood, pero de momento me voy a desayunar. Espero que Martin Scorsese pose algún día sus ojos en estas líneas, lo dudo, lo dudo, que halles un guión más puro.
Luego sigo divagando.
I am back. Leo que un obispo denuncia la la ayuda paliativa a enfermos con dolores inhumanos, afirmando que Jesús murió sufriendo sin que nadie le aliviara los dolores, y lo tacha de muerte digna. Me pregunto qué pensarán los familiares de personas que estén pasando por ese trance. Me indigno y me faltan las palabras para comentar tamaña indecencia. Rafael Azcona seguramente habría tenido un comentario certero e implacable al respecto. Esta iglesia católica está superando todas las barbaridades del pasado, si realmente piensan así, es que no les queda ni un milímetro de empatía, su inteligencia emocional y social están a bajo cero. No es posible alejarse tanto de la realidad, moviéndose en territorio, ya no digo medieval, sino prehistórico, y olvidarse de lo realmente importante: las personas. Ese afán de imponer sus llamadas creencias al mundo mundial es inconcebible. Les recomiendo a todos los miembros de la conferencia episcopal que lean el libro de Viktor Frankl "El hombre en busca de sentido", igual se les ilumina el poco cerebro=corazón que les queda. Frankl narra sus vivencias durante los años que pasó en diversos campos de concentración, incluido Auschwitz, y cómo logró sobrevivir, ya no biológicamente, sino sobre todo espiritualmente, a esa barbarie. Baste para ello leer lo que Dostoievski dice al respecto:
"Solo temo una cosa: no ser digno de mis sufrimientos"
Por supuesto que invita a varias lecturas, pero yo me quedo con esta: cuando uno ya no ve un porqué en el sufrimiento que está padeciendo, cuando el futuro deja de dibujar perspectivas, al menos sigue siendo dueño de su destino, él puede elegir el próximo paso a tomar. Cuando el último reducto de libertad e independencia mental nos ofrece tomar al menos una decisión, esa decisión ha de respetarse, sea cual sea. Y esto no significa que haya que animar a alguien a morir, significa simplemente que se ha de respetar la decisión de la persona. Vivir es también morir, forma parte del proceso.
¿No hay personas sensatas dentro de esa iglesia que apelen a la humanidad y el sentido común? ¿No es la "compasión" un concepto ampliamente utilizado por esa institución?
Estos personajes me provocan absoluta indignación puesto que se sirven de conceptos humanistas para defender la más cruda irracionalidad. Por favor, que la gente abra los ojos, dejémosles en evidencia.
Creo que no puedo añadir nada al respecto, os recomiendo leer el libro de Frankl, y que cada uno saque sus propias conclusiones